Cómo limpiar tu lavadora: 5 consejos para que deje de oler mal

Cómo limpiar tu lavadora: 5 consejos para que deje de oler mal

Seguramente estés cansado de que tu lavadora huela mal incluso después de haber realizado una limpieza a fondo de esta. Las lavadoras están diseñadas para darle frescor a nuestra ropa por lo que, si no se hace una limpieza adecuada de ellas con regularidad, se podrían estar acumulando todo tipo de moho, bacterias y gérmenes en nuestra ropa en el momento del lavado, por lo que ese “frescor” puede llegar a no existir.

La limpieza de la lavadora no debería de ser una tarea de solo una vez al año, sino algo habitual. La higiene de la lavadora es esencial para que esta funcione, por lo que lo idóneo sería realizarla una vez al mes. Esto puede cambiar dependiendo de la frecuencia con la que se utilice la lavadora.

Pero no te preocupes, limpiar la lavadora es muy fácil incluso habiendo suciedad acumulada. Además, muchos de los productos que necesitamos para su limpieza podrían estar ya en casa, por lo que se trata de un proceso muy económico.

A continuación, te dejamos algunos consejos para que limpies tu lavadora, desde el interior del tambor hasta las juntas de la puerta, el cajón del detergente, el filtro y el exterior.

1.  Limpia la lavadora con el método básico

Lo primero que hay que saber sobre la limpieza de una lavadora es que el agua caliente es nuestro mejor aliado. Así que, si nunca has limpiado tu lavadora, ponla en el ciclo con el agua a alta temperatura, pero sin que haya ropa en su interior. Con el agua casi hirviendo la lavadora quedaría bastante limpia, aunque también puedes complementarlo con limpiadores de lavadoras o un poco de detergente.

2.  Presta atención al cajón del detergente

El cajón del detergente es una pieza muy importante para el correcto funcionamiento de la lavadora. Para limpiarlo adecuadamente, tienes que retirarlo de la lavadora y sumergirlo en agua caliente con jabón y, con un cepillo de dientes viejo, frótalo bien para eliminar cualquier posible acumulación de jabón o moho. Después acláralo bien y sécalo con un paño de cocina. Antes de volver a colocarlo, limpia también la cavidad ya que es probable que también haya moho oculto ahí.

3.  Utiliza vinagre y bicarbonato

Una forma tradicional que se ha usado a lo largo de los años para limpiar la lavadora ha sido la de utilizar vinagre y bicarbonato. Para ello, añade dos vasos de vinagre blanco en el cajón del detergente y ponga la lavadora en el ciclo con el agua más caliente. Una vez terminado, añade una o dos tazas de bicarbonato en el tambor y vuelve a poner en marcha la lavadora en el mismo ciclo anterior. Una vez finalice, limpia el interior del tambor con un paño seco, además de las juntas de la puerta y el exterior.

4.  La lejía, otro buen aliado

Otra forma económica y recurrente de limpiar la lavadora es mediante el uso de lejía. Se trata de un método de limpieza muy eficaz ya que elimina completamente la suciedad y el posible moho que se encuentre tanto en el tambor como en el cajón del detergente de la lavadora.

Este método consiste en añadir media taza de lejía directamente en el tambor de tu lavadora y la otra mitad la viertes en el cajón del detergente. Eliges el programa de lavado con el agua a alta temperatura y, si puedes, interrumpe el lavado durante una hora cuando la lavadora esté llena de agua. A continuación, vuelve a iniciar el ciclo. Es aconsejable realizar dos ciclos de aclarados para asegurarnos de que toda la lejía ha sido eliminada. Una vez que haya terminado, seca el interior de la puerta y seca las juntas de esta.

Por otro lado, es recomendable que la próxima ropa que metas a lavar en la lavadora después de su limpieza sea de color blanco y no de color, ya que si queda algún rastro de lejía podría estropear el tinte de nuestra ropa de color.

5.  Usa tu detergente como limpiador de lavadoras

Con el detergente que usamos para lavar nuestra ropa, podemos realizar una limpieza de mantenimiento en nuestra lavadora. Puedes utilizar tu detergente habitual, pero se recomienda que se utilice un detergente concentrado. Estos últimos suelen ser más fuertes, por lo que no es necesario utilizar una gran cantidad y, además, dejan la lavadora en muy buen estado.